Los sistemas de extinción automática por espuma son utilizados principalmente para la extinción de incendios de Clase B, los que pueden afectar a líquidos inflamables y combustibles.
Estos sistemas proyectan una capa de espuma obtenida a través de la mezcla entre agua y espumógeno, que cubre la superficie gracias a su composición más ligera que la de los líquidos inflamables o los combustibles; la capa acuosa que se genera desplaza el aire, enfriando así la zona.
Además, evita el escape de vapores, lo que previene la reavivación del fuego.
Estos sistemas automáticos de extinción de incendios por espuma se componen de los siguientes elementos:
Garantizados por 2 años desde la fecha de fabricación